Dialécticamente, en medio de "la crisis de lo político" que ocurre en la posmodernidad (parálisis inercial de las instituciones no policiaco militares del Estado) sobreviene la sobrevalorización de la política, macro en sí misma. Y es que la crisis coge desprevenidos a todos aquellos que, víctimas de la división del trabajo, hurgaron su agujero a lo largo de muchas décadas de especialización en "lo suyo".
Perdidas las coordenadas en las que se "quemaron las pestañas" para hacerse álguienes en la vida, miran al "macropolítico" como al viejo curandero que lee lo indescifrable, y le llaman por la noche para consultas de emergencia:
                                el que lee los signos
                                  y no se vende,
esto último lo verdaderamente dificil del "ramo":
Cero mercancía,
cero mercado:
                                un hecho ético.
No hay comentarios:
Publicar un comentario