Nada sabes del repeal
de O'Cornell desembarcado
en la capital irlandesa,
pero sí hasta del pedo
del que Leopold Bloom atronaba
antes de dar con Stephen Dedalus
en 1 antro.
La forma literaria del pedo
exige distinguirlo de un beso inenarrado.
Y si Lenin escribió en Suiza
que había que aprenderle a Hegel
su modo de caminar,
para avanzar hacia el otro lado,
cabría preguntarse si el jefe bolchevique
no andaba errado.
2
El hiperrealismo en lengua inglesa parece seco junto a la fantasía pícara de Gogol o ante las letras tripas de Dostoievski. La pasión de Edgar Allan Poe es siempre enfriada por el pensamiento, al grado de ser gótica.
Los poetas en inglés --incluyendo en primer lugar a los irlandeses, y a Salvador Elizondo en México-- operan con guantes sobre 1 objeto.
3
Informe del joven Federico Engels a su padre, desde Inglaterra, donde permaneció por más de dos años en la sucursal textil Ermen & Engels, aprendiendo los secretos del capitalista en el centro del mercado mundial de la época:
Quien no ha visto a los irlandeses no los conoce. Dadme doscientos mil irlandeses y derribaré la monarquía británica entera. El irlandés es un ser primitivo, alegre y despreocupado, que come papas. Se lo arranca de la campiña, donde creció bajo un techo malo, con té aguado y alimentación escasa, para meterlo en nuestra civilización. El hambre lo empuja hacia Inglaterra. En el engranaje mecánico, egoísta y frío de las ciudades industriales inglesas se despiertan sus pasiones. ¿Qué sabe de ahorro el muchacho tosco que pasó su juventud jugando en el campo y mendigando en la carretera? ¿Qué será de este muchacho sino un futuro "mara" salvadoreño? Lo que gana lo despilfarra; después pasa hambre hasta el siguiente día de pago o hasta que vuelve a encontrar trabajo. Tan acostumbrado está al hambre. Entonces regresa y reúne a su familia que se había dispersado por la carretera para mendigar y que a veces se volvía a reunir alrededor de la tetera que la madre llevaba consigo. Pero ha visto mucho en Inglaterra; ha ido a mítines y visitado asociaciones de trabajadores; sabe qué es la repeal y cómo se explica lo de sir Robert Peel; con toda seguridad se ha peleado a golpes muy a menudo con la policía y tiene mucho que contar sobre la crueldad y el cinismo de los "peelers" (agentes de policía). También ha oído hablar mucho de Daniel O'Conell. Ahora va de nuevo en busca de su vieja casa con un pedazo de terreno para plantar papas. Las papas maduran, las arranca y tiene con qué vivir en el invierno. Entonces viene el comisionista y pide el arriendo. Pero, ¡ay, Dios!, ¿dónde hay dinero? El comisionista es responsable ante el terrateniente por el arriendo; por lo tanto, hace embargar. El irlandés se resiste y lo llevan preso. Al final lo dejan libre de nuevo y poco después se encuentra al comisionista o a algún otro que participó en el embargo en una zanja, asesinado a palos.
 
 
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