No es cuestión de andar haciendo predicciones sobre lo que será del futuro, porque contar con los instrumentos para leer lo concreto tiene que ver más con un oficio que con ser profeta. Pero algunas personitas que no cuentan con los fierros suelen confundir lo que es interpretar acertadamente los acontecimientos con la astrología.
Aunque a veces se pueda con la hermenéutica y ser gitano al mismo tiempo.
¿O se tiene que ser profeta para saber que ayer el gallito AMLO entregó la estafeta a Marcelo Ebrard en nombre de las fuerzas progresistas?
Seamos más concretos:
En nombre del gobierno de coalición que enarbolan desde la semana pasada Marcelo Ebrard y Manlio Fablio Beltrones.
¿Y qué es la propuesta de un gobierno de coalición hoy en México, enarbolado por los dirigentes del PRI y el PRD, si no un frente político contra el gobierno?
No es predecir nada, es simplemente intentar ver lo menos a posteriori que se pueda, que caiga lo más rápido el 20:
La propuesta Beltrones-Ebrard movió la geometría de lo político institucional.
De hoy en delante, los camisas rojas de Peña Nieto y el lópezobradorismo van quedando fuera. Igual que si una ley objetiva los jalara de los pies para sacarlos de la jugada.
Las fuerzas panistas también serán jaladas y no podrán eludir una posición positiva frente al gobierno de coalición si no quieren perder sin competencia. Así, la figura de Ebrard como el socialdemócrata empanizado cobraría realce. Nuestro Zapatero. Y atrás de él Manuel Camacho Solís (¿quién no lo recuerda en la catedral de San Cristóbal como negociador salinista con los zapatistas?) y la célula de intelectuales orgánicos que incluye a Muñoz Ledo.
Nada de esto denunció ayer AMLO en la constitución de Morena y más bien sí anunció su derrota anticipada frente a la opción Ebrard.
No se pierde nada.
El tipo refrendó su triunfo de hace seis años y anunció uno nuevo. Y si así son sus victorias, mejor que ya le pare.
Y agregó el gran engatuzador cristero:
"Nos preparamos para ganar a la mafia en el poder... derrotaremos en buena lid y de manera pacífica a un grupo de intereses creados muy poderosos".
¡No, pos sí!
¡En buena lid!
Sus bases sociales:
1.- La academia decadente (René Drucker).
2.- La intelectualidad cabaretera (Laura Ezquivel y Elena Poniatowska)
3.- Los nuevos cristeros: una masa rabiosa de pequeños propietarios en ruinas para los que el paraíso está al alcance de la mano por la pura ética y la Constitución.
4.- Una masa de desposeídos que se usa corporativamente para las movilizaciones, como en la novela de los dos centavos de Brecht.
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