Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

12 feb 2012

para una narrativa

De nada me sirvieron nunca las biografías de los grandes hombres; tampoco saber si Marx fijó a grandes rasgos su programa de investigación teórico desde que era muy joven y su único amor por Jenny (el espíritu faustiano) ni enterarme de cómo va Veraza, cercano a los 60, en su plan juvenil de imitar al joven Marx. Prefiero ver mi lado flaco y contradictorio tantas veces eufórico sólo en la víspera de dar el ramalazo; describir mi breve tiempo esquizoide de la academia en que podía transitar tan ufano y sin sospechar de El Capital de Karl Marx a los bodrios programáticos de la izquierda nacionalista, ¡y todavía vivir de mi trabajo en el gobierno! Prefiero hablar del prolongado proceso de superación en el exilio (allá por la Hidalgo), de la producción en La Tecla Indómita cuando la huelga del CGH, tan atrozmente lejanos los dos, el mariouan y el mariotwo, de los "eméritos"; contar por utilidad pedagógica las contradicciones del hombre maduro que pretende amar a dos a un mismo tiempo, tan campante, y todo eso sin dar golpe, esto es, sin saberse ganar el pan con el sudor de su frente. ¡Úchala!, no vayan a empezar con las culpas...



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