Los nacionalistas disfrazados de anti-imperialistas equiparan el caso Libio al de Siria cuando la forma ha sido muy distinta en cada ocasión. La insurrección del pueblo sirio se expresó, desde un principio, hace un año, y a semejanza de lo ocurrido en Túnez y Egipto, como un fenómeno político de masas contra el régimen (en Libia los mercenarios la hicieron de punta de lanza). Resulta una obviedad constatar que los imperialismos de Estados Unidos, Europa e Israel tratan por todos los medios (y sobre todo militares) de abortar el sentido verdadero de la insurrección popular en el mundo árabe para subsumirlo a sus planes de acumulación; pero si lo logran es porque, a diferencia de los nacionalistas que todo lo miran como una conspiración, llegaron a la conclusión certera de que la crisis general del mercado ha puesto a la sociedad actual ante un proceso de revolución mundial (habría que revisar los discursos de la Clinton poco después de la sorpresiva emergencia del pueblo egipcio)...
Cada vez se hace más vigente el lema leninista para tiempos de guerra mundial entre dos bandos capitalistas: "¡Guerra proletaria contra el capital!".
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