Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

17 dic 2010

apuntes sobre la fenomenología de la revolución mundial

Aunque sus primeros síntomas generales se expresan ya en el tupido escenario europeo (de Lisboa a Moscú y de Bruselas a Roma), el centro de la crisis mundial se encuentra en la industrialización de China y de la India, cuya medida no cabe ya en el marco de las viejas relaciones impuestas por el mercado mundial.

La proletarización mundial por la industrialización explosiva de las potencias emergentes (incluidas Brasil y México) y la automatización general de los servicios es el signo de esta crisis. Más que nunca, la revolución mundial lleva marca proletaria (y planetaria), también por su forma: la marca de todos los expropiados y explotados del mundo.

Para la revolución mundial de hoy el Estado (nacional o planetario) es sinónimo de mochaorejas, a imagen y semejanza de los tiempos "remotísimos" de la acumulación primitiva. A diferencia de la violencia luddita de los obreros ingleses del siglo XIX, manifiesta en la destrucción de las máquinas fabriles, la violencia revolucionaria del proletariado de hoy en el mundo apunta contra los automóviles y contra los bancos (uno el instrumento de la banda posfordista en calles y carreteras, el otro el símbolo ancestral del dinero que hace dinero); y en esta intuición que por las avenidas urbanas se inflama, se concentra la crítica profunda de un modo de producción que impuso ya hasta en segundos pisos la parálisis inercial en llantas que es nuestra city.

Burda y toscamente, todavía en su infancia, la revolución nundial dispara también en tabla rasa contra los ciudadanos automovilizados que identifica con las minorías ciudadanas cuyo voto cíclico soporta al régimen.

La revolución mundial ha comenzado y carece, a conciencia, de un programa. En la marcha de destruir las relaciones capitalistas y a sus personeros gubernamentales reafirma sus móviles reales, comunistas y libertarios.

En algo confirma la revolución mundial de hoy los lineamientos apuntados por Negri y Guattari en Las verdades nómadas (1984) y es en el sentido de que arrasa lo mismo en su "nivelación singularizada" con las zonas del "socialismo" (China, Cuba, Corea del Norte) que con las del capitalismo en cualquiera de sus presentaciones.

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