Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

1 dic 2010

los "creativos"

En su discutible libro titulado GlobAL --en él lo mismo se hace la exaltación de los gobiernos latinoamericanos a lo Lula que de los "procesos de autovalorización por la multitud global" en las favelas...-- Negri y Cocco sostienen que

la libertad es la condición misma de la productividad. Es así en la organización posmoderna del trabajo, en donde aquello que compra el capitalista es esencialmente la creatividad intelectual (¿qué cosa puede haber más libre?).

Nos interesa aquí el pensamiento sólo en cuanto mera asociación: ese método del conocimiento que suele brotarnos casi espontáneamente en ciertos estados de ánimo (Guía para lingüistas).

Pues bien, surgieron en los 80 los llamados "creativos". Trabajaban produciendo signos, imágenes y sonidos, ritmos. Producían mensaje y jugaban a saturar todos los espacios junto con todas las dimensiones sensibles. Podían pasar semanas y hasta meses frente al televisor estos creativos. Encargaban por teléfono pizzas y hamburguesas. Dormían hasta las tres de la tarde y cobraban sus horas extras en grapas. Si por estúpido optimismo o pura distración sacaba uno El Capital en alguna de sus reuniones, corría el riesgo de ser linchado. A ellos no se les podía venir con palabras huecas como "proletariado" (ja-ja-ja... los creativos poseían el mejor sentido del humor en el mundo), "socialismo científico" (ja-ja-ja... los creativos eran los nuevos poetas), "ley del valor" (ja-ja-ja... los creativos no paraban de reír). La verdad, a la luz de la posmodernidad, los veíamos igual a ellos que como nos veían los campesinos de la modernidad a quienes hacíamos nuestra cultura por la vía de los libros.

A la larga y ante las ruinas de aquella subjetividad desatada de los 80 que anticipó la caída del sobrio socialismo real en Europa centro oriental no podemos dejar de identificar a estos estratos sociales del nuevo modo de producción como meras expresiones del crédito; o lo que es igual, aquellos creativos se gastaron el futuro al servicio del capital. Eran la expresión nítida del capital ficticio...

(Apunte para la investigación: marcamos pues en 1981 el fin del ciclo político que inició en 1968. En 1981 aparece el último número (58) de Madera, periódico de la Liga Comunista 23 de Septiembre, al tiempo que los socialistas llegan al gobierno en la Francia de Mitterrand).

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