Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

24 feb 2011

está del Karachi

Debe haber sido en noviembre o diciembre de 2007 cuando diagnosticamos un fenómeno político similar a la "situación revolucionaria" (Lenin) en Pakistán. Puede fallar la memoria, falla seguramente, sucedió en todo caso por entonces el asesinato de aquella candidata de nombre también olvidado --¡es la mala mota junto con la pereza de andar en los archivos! y, además, lo que importa verdaderamente es otra cuestión y es que ahora sabemos que los ejércitos que infructuosamente persiguen sofocar la revolución dentro de los estados del norte de África se conforman de mercenarios pakistaníes. Mercenarios que envían voluminosas remesas a su patria con fines de respiración boca a boca.

Y decir Karachi, señores, es ya habitar en la densidad de Bombay y Shangai...

Para entonces la Clinton, si es que todavía es en esos plazos, ya no jugará más con el fuego de la revolución porque todo el "democrático" territorio de América presentará claros signos de contagio.

La gran chingonería de la globalización es que acabó con las islas, por mucho que algunos anticastristas hasta la náusea sueñen que la forma del contagio en América Latina será la de la democracia poniendo en Cuba la cabeza de los hermanos Castro debajo de la guillotina, como si el cáncer de Ciudad Juárez (la gran gran gran frontera del mundo actual) pudiera curarse con un "nuevo IFE" y citas de "don" Jesús Reyes Heroles.

¡Ja!

¡Ja!

¡Ja!

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