Lo realmente a destacar en la situación actual es que, salvo la revolución de los pueblos, no hay inevitables.
Las potencias imperialistas dirigidas por Estados Unidos se esfuerzan por ensuciar los procesos revolucionarios para convertirlos en viejas guerras de intervención, pero la correlación de fuerzas a nivel internacional no les permite realizar sus planes como si estuvieran en día de campo.
En su discurso de ayer el libio Kadafi probó que sabe de esas cosas de la correlación internacional de fuerzas en la crisis actual cuando amenazó con virar su petróleo para favorecer a las empresas de China y la India, algo que, en sí mismo, compromete de lleno a estas dos potencias con Libia.
Con esta contradicción EU-China por el petróleo y la soberanía en Libia, podríamos decir que se inaugura la nueva geopolítica del siglo XXI. Y es, justamente, en esta situación en la que China y la India encarnan la potencia hegemónica del nuevo capital industrial (frente al financiero estadunidense), que se hace posible evitar por medios políticos la ocupación de Libia por la OTAN, so pena de que inicie la primera guerra mundial del milenio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario