Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

9 abr 2011

Fragmento de un diario


“…  y entonces me percaté de mi situación, estoy sentada en ésta calle, por la que solo una o dos veces en mi vida había pasado, si, ya recordé bien, ésta es la tercera vez que mis pasos andan por aquí… y todas las circunstancias que he vivido en éste sitio han sido tan brillantes en mi historia que quizá por eso regresé…
La primera vez estaba acompañada, la segunda, sola y buscando la compañía de la vez anterior... recuerdo que tuve ese acompañante ese día en ésta calle porque él ya la había recorrido varias veces, ida y vuelta, para buscarme… y encontrarme,  así que él ya conocía aquella ruta, la usaba y me la quería enseñar… recuerdo que él la llamó  “atajo” y que luego entre los dos llegamos a la conclusión que más bien esa calle era un túnel, un agujero de gusano, de esos que conectan un universo con otro diferente… y ahí había también una analogía con la situación “real” ya que nos habíamos percatado que nuestros universos, nuestros mundos eran bien, pero bien, diferentes… aunque en realidad eso es un pleonasmo, pensé ya después… sería imposible que dos universos no fueran diferentes, es decir, es de lo más obvio que ningún mundo sea igual a otro... sigo, estoy aquí sentada en la banqueta de ésta tan mentada calle, es de noche desde hace rato y apenas puedo ver lo que estoy escribiendo, es solo cuando pasan los coches - especialmente durante el alto que marca el semáforo -  que las luces de sus faros me alumbran bien el papel donde estoy anotando ésta escena de mi vida...  porque es memorable:  el clima es perfecto - como suele serlo en ésta inmensa ciudad sobretodo después del invierno-  y, además, no estaba sola, tenía a mi lado a dos seres queridos, no de nuestra especie… ¡mejor aún! podría llegar a afirmar en algunas otras ocasiones, pero no hoy, ahora deseo la compañía de otro Homo sapiens, la de él, que quizá pase caminando por ésta calle... nos encontraríamos de nuevo,  quizá caminaríamos juntos hacia el oriente y cruzaríamos el gran eje que atraviesa la ciudad, el central, esa imponente planicie, muy ancha pero bastante más larga…
Y de nuevo, algo me saca de los ensueños y reclama mi atención, una vez más las vitales pulsiones me obligan a actuar y tomar decisiones ya … tengo hambre,  sed y ganas de ir al baño… de “mear” pues, como diría la banda, esa banda cábula del defectuoso, de esa que pulula abundantemente y que considero una esperanza, porque es esa la banda que ha detenido la militarización de la ciudad y el avance de las descaradas masacres que en otros lugares del mundo se presentan a diario... a ver como responde la multitud ante fenómenos como la visita de la experimentada tira colombiana y las  posibles consecuencias de éste movimiento estratégico hacia el estado de sitio…
Hoy aún se puede andar en una noche de abril vagabundeando por el “deefe” y  estar sentada en la banqueta de una oscura calle disfrutando del clima y pensando seriamente en ir a cenar unos tacos (simultáneamente reviso con curiosidad mis bolsillos) si, esos tacos de la esquina en la siguiente cuadra… o quizá vaya mejor a los que me recomendó él… sobre ésta misma calle y más cerca de su casa… así probablemente tendría mayores posibilidades de verlo… la cosa es que no sé si él quiera verme, después de lo que le dije hace algún tiempo… que prefería que ya no nos viéramos más… y entonces ¿que hago aquí?, ¿porqué estoy sentada en ésta calle, descansando y pensando si continúo mi camino hacia él?… porque dudo, porque quiero ir hacia el oriente, pero hacia el poniente también,  quisiera poder hacer las dos cosas pero como hasta ahora es técnicamente imposible, por una me tengo que decidir…  tal vez el regreso sea lo mejor, sería ganar una vez más la batalla diaria de no buscarlo… hoy, aunque ya estoy a la mitad del camino, me detuve a pensarlo… lo nuevo en mi historia es que por primera vez he disfrutado plenamente de la duda… antes la evitaba, quería acortar ese proceso y llegar pronto a la fase de la solución, la respuesta y la decisión… hoy ya disfruté de mis dudas, sabiendo y aceptando que nunca tendré certezas… pensé que aunque no pudiera explicarme nada en ésta vida, más inteligente es disfrutarla... como éste momento, pues este momento es la vida… es una escena más de mi historia conectada con la suya, más bien es una nueva historia, creada y compartida por los dos, una historia que transcurre como un torbellino poderoso, intenso y delirante… así como la idea de que pase lo que pase, lo que hemos vivido  no es “borrable”,  ya ha sucedido,  fue y fue mío…    
Pues si, me decidí después de un rato y giré noventa grados, caminaba de nuevo pero en sentido contrario... iba sonriendo y pensando que me hubiera gustado decirle que lo que lo hace diferente es lo que lo hace hermoso...  el chiste es que logré dejar “eso” por hoy y regresar entonces al continuo extrañamiento del mundo… en el proceso rescaté -entre otras cosas- creaciones como ésta rola." 


    



1 comentario:

Anónimo dijo...

fino