Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

10 abr 2011

La semana escarlata (lejanos 50's)

"La Semana Escarlata" implicaba, pues, de hecho algo especialmente importante que expresaba a maravilla el terror e incertidumbre en que vivía la ciudad por aquellos días. Incluso, en el extranjero llamaría la atención el asunto. Y eso estaba bien, desde  luego. Como que aligeraba la angustia, exhibiendo abierta la herida por donde una ciudad de tantosmilhabitantes respiraba ahogadamente, con los dedos helados de frío.

La voz popular se alzó a una, acusadora y enérgica contra la ineficacia de la policía. Hubo renuncias, promesas, atisbos de crisis política. Oficialmente se anunció a la población que sus habitantes hallábanse gráficamente a merced de un enajenado. El público aceptó el veredicto, más nadie se sintió satisfecho.

Tan pronto caía el sol y las nocturnas sombras invadían el espacio, hombres, mujeres y niños se enclaustraban entre sus muros, permanecían al acecho de cualquier indicio y se pasaban la noche tiritando de frío... Negras tinieblas, como la noche misma, envolvían aquellos inexplicables excesos, realizados sin razón ni objeto por los cuatro puntos cardinales de la ciudad escarlata.

Eran días lúgubres aquellos, los de la segunda semana escarlata, como si también el cielo con sus pesadas nubes de plomo pretendiera estrujar aún más los espíritus. Quién habla de orgullo durante las crisis humanas. La vanidad de los héroes es posterior a su miedo. La sonrisa, posterior a la mueca.

Francisco Tario, Tapioca Inn. Mansión para fantasmas. México, 1952


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Libia, el nuevo Vietnam

Hay proyectiles para todos, especialmente para los civiles.

Bulldog: ¿Cuál es, según usted, la razón por la cual los instructores americanos no consiguen superar la situación en Vietnam del sur?

Weill, Jr.: En el plano militar los sudvietnamitas me parecen muy malos soldados.

Teo: ¿Por qué estos mismos sudvietnamitas luchan perfectamente cuando se convierten en Vietcongs, aunque, normalmente, posean un armamento y un abastecimiento ridículos? ¿Os habeis planteado la pregunta?

Weill, Jr.: Hay en Vietnam muchas preguntas sin respuesta, sobre todo cuando se plantean de modo que no es posible percibir la respuesta.

Cuadratura: Debo recordar que no es una guerra como las demás, y que, sin embargo, la hacemos como las demás.

Teo: Parte de la confusión que prevalece en el espíritu de muchas gentes, e incluso de muchos gobiernos, nace de esta incomprensión.

Cuadratura: ... Para ello, debemos excluir el que nuestros submarinos nucleares portadores de Polaris que cubren el continente asiático hasta 4 mil kilómetros de profundidad puedan ser neutralizados por la ballesta de diez flechas cuyo tiro se encuentra supeditado al estrabismo...

V de Vietnam, Armand Gatti, Madrid, 1968.

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