un día como hoy dejó mirar su cráneo
entre las piernas de su madre
el rubicundo bebé, de la estirpe de
Prometeo encadenado, antes que
domado como un tucán sin alas
meneando el trasero.
se armó la rebambaramba
en los años venideros
y gastos descomunales se hicieron
para demostrar que su obra no valía
1 quinto, pero el de Jeny, ¡uta!,
con ese bastaba...
eviten, sesudos discursos con pies,
hacer la discusión sobre las Vírgenes:
están con chichimekas,
sabios de antaño
que sabían desde callos y pezuñas
firmar con sangre los escritos de
aquel bebé puesto después
a escribir canciones bajo el disfraz
de la crítica de la economía política:
"Puedes estar seguro,
de que jamás cambiaría
mi suerte miserable
por tu servidumbre, pues
prefiero verme clavado
a esta roca, que ser fiel
mensajero de Zeus Padre".
Karl Marx
(pensamos que no es necesario, por obvias razones, aclarar que el verso de Marx, estampado al inicio de su tesis doctoral dedicada al estudio filosófico comparado entre Epicuro y Demócrito, no fue escrito pensando en el periodista mexicano Carlos Marín. Nota de la r.)
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