Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

7 may 2011

en 1 centelleo

Una noche impresionista en la calle de Madero
Rodeaba su talle, ¡tan ágil!
¡tan grácil!

Y brindaban las estatuas
sobre las teclas de los pianos,
clamando el aguacero.

Sus pechos florecieron esquina
con Bolívar,
un borde de pulpa de mango
sus labios.


Ningún cuchillo sobre mis espaldas
habría de quebrarse,
de tan rémora.

Pero eso ya fue ayer

y ayer ya es un discurso,
o un verso,
o una lágrima.

Y aquí, por no llorar,
cito al Martín Adán:

Lo real no se le coge: se le sigue
y para eso son el sueño y la palabra.
Y ésta:

Y yo no soy y no seré nunca
Sino apenas un curso y mi sitio.

Y esta otra,
que es a la que iba:

Pero sabiduría no es estar
Sin noción de nada, sino
proseguir o seguir
A pie hacia el ya.

Y tan-tan.



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