Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

25 may 2011

borrar las fronteras

Ninguna sorpresa al enterarnos hoy por la prensa de la activa colaboración de García Luna (antes Medina Mora) con la inteligencia militar gabacha. Los poderosos son claros y explícitos desde hace mucho tiempo sobre el grado de cooperación policíaca que implica ser socios comerciales en territorio "común". El multicitado (aquí) discurso de junior Bush (único programa de Obama y la Clinton), trazó lo lineamientos concretos para que esa cooperación se fortalezca en la guerra internacional desde el Estado "contra el terrorismo". Aquí en México, el tránsito violento hacia una nueva forma de supeditación ya sin mediaciones para con la DEA se había iniciado en mayo de 1984, cuando el periodista por excelencia de la vieja inteligencia encabezada por Gutiérrez Barrios, cayó asesinado de un balazo en alguna calle de la céntrica colonia Juárez.

El surgimiento de estructuras e instituciones extra estatales para la dominación del capital en el nuevo mercado mundial regionalizado --lo cual se traduce en la práctica como supeditación hacia los órganos del poder norteamericano-- ha creado al mismo tiempo el espacio común en el que se producen las mercancías físicas y humanas, materiales e inmateriales, al tiempo que subjetividad proletaria (conciencia y organización) maduran hacia formas de lucha continentales. De tal modo que hoy, la consigna democrática contra la esclavitud que prospera todos los días en el nuevo espacio mediante pasaportes varios y puntos de frontera es la eliminación de toda frontera. La libre circulación de quienes hacen posible, con su sangre y sudor "el mercado mundial", la antesala del comunismo internacional, es la tarea democrática de hoy por excelencia. El fin del pasaporte representa la eliminación formal de la separación entre ciudadanos y esclavizados: "sin papeles", "indocumentados". En ese movimiento las viejas costumbres e instituciones nacionales se van modificando por saltos, como las olas del mar, en una práctica comunista. En esto, también, la voluntad hegemónica del proletariado terminará por pulverizar con su fuerza organizada a las instituciones del poder para la reproducción ampliada del capital.

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