Vinculados a la música, inventamos una estrategia de investigación y exposición a un mismo tiempo, esto es, un método para darle la debida valoración al hecho sonoro en la sociedad moderna desde el punto de vista del materialismo histórico.
Nos interesa enfocar sobre la revolución producida por el fonógrafo de Edison que edificó un segundo piso sonoro en donde se mezcla el presente con el pasado y se torna posible, de quererse, amplificar el rumor del mar para arrojarlo contra el espacio carretero de la city. El sonido grabado como materia agregada al viejo ser del viejo hombre (es aceptado que el segundo piso visual brotaba ya en las cuevas de Altamira).
Habremos de indagar respecto de la transformación de energía sonora en energía eléctrica: de las válvulas electrónicas al Mp4, de fines del siglo XIX hasta la actualidad, un pequeño tramo. El hecho de la revolución tecnológica como motor del cambio en el ser y en la naturaleza humanas.
Apuntan fértiles hipótesis en el sentido de que el logro tecnológico para conservar la huella sonora resultó de una necesidad del hombre de la city por no escucharse con el otro; aunque en contra de esta versión existen al parecer pruebas de la existencia de civilizaciones anteriores a Egipto en las que la imagen fue suplida como medio de comunicación principal por los signos del sonido y en donde habían llegado a técnicas refinadas de grabación por medio del humo.
No es casual que dichas civilizaciones antiquísimas, regadas por todo el mundo, veneraran al murciélago o a la ballena o al delfín, todos ellos animales que se relacionan con el mundo principalmente a partir de su capacidad de captar sonidos.
Entramos en sus tímpanos. Sólo ahí adentro, en la descripción de los conductos óticos, podremos imaginar de qué manera es el ser cuyo sentido principal es el del oído. Sólo en esas cuevas puras de la auditividad sospecharemos el alcance de la tarea que, en nombre de la humanidad, tienen los músicos frente a sí en la época presente. Algo que desde los lejanos setentas supo descubrir Jacques Attali en su economía política de la música (Ruidos, http://musicaindustrial.blogspot.com/2007/11/ruidos-jacques-attali.html)
Tan visuales los hombres y las águilas
Tan olfativos los perros
Tan táctiles los gatos
Tan gustativos los recién nacidos
y los amantes
no podrían comprender jamás el universo de la ballena o el murciélago.
En esa pequeña cueva auditiva habita en forma pura el espejo de los ruidos. Ahí también nació la idea del rock cuando armonizó todos los estruendos. Por lo que habría que volver al tema de la posibilidad que abrían las civilizaciones lejanas del humo. Y una reconstrucción hipotética podría poner algunos cimientos mediante el trabajo con los músicos y la creación del paradigma del murciélago.
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Resumen en modo de contradicción:
Tesis 1
Más allá de exposiciones literarias y en el terreno de lo que ha sido demostrado, la necesidad de captar la huella del sonido maduró en la gran ciudad mundial posterior a la revolución industrial y en el nuevo tupido campo de comunicación entre los continentes. Como si estuviésemos, en su centralidad y en su potencia, frente al nacimiento de un nuevo sentido humano debido a la revolución por la técnica ligada al deseo.
Tesis II
La invención sobre las posibilidades históricas es una de las formas afortunadas de la ciencia ficción.
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