Estamos en condiciones ya de extraer algunas conclusiones sobre el Estado de excepción que vivimos actualmente en México:
1.- Tanto en Torreón como en Monterrey actuaron con total impunidad contra la población (no hubo detenidos hasta el momento) grupos fascistas al servicio del capital ("bueno" o "malo") con dos intenciones fundamentales:
--Provocar el pánico y la parálisis de las multitudes.
--Justificar medidas policiacas de control de mayor amplitud e intensidad.
No hace falta ninguna Comisión de la Verdad para asegurar lo antes dicho. Así como resultaría suicida acogerse a las instituciones --parte del entramado terrorista-- en favor de la paz.
La cosa está gruesa, pero así está.
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