Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

18 ago 2011

Metástasis

Los agentes de la DEA que nos gobiernan en México en colaboración con las instituciones del Estado mexicano clausuran con cada una de sus acciones cualquier posible salida reformista ante la debacle del régimen.

Ninguna de las facciones de la clase dominante, ni todas juntas y al unísono, resultan capaces de conducir la nave sobre la cresta de este tsunami social mejor conocido como "La recaída".

La crisis en el mercado mundial, por lo demás, sólo devela, a un grado que resulta ya inocultable hasta para el que se obstina en no ver más allá de sus narices, el nivel de la contradicción por las formas comunistas de relaciones sociales que aparecen espontáneamente en el nuevo espacio mundial (Nicolás Bourriaud, Postproducción, Adriana Hidalgo, 2009) y la parasitaria estructura militarista sin la cual la acumulación del capital, la reproducción ampliada de las relaciones capitalistas, no podría realizarse más en la situación actual. Contra las propias leyes del capitalismo, que aseguran teóricamente la dominación del capital mediante la pura separación del trabajador directo y la propiedad de los medios de producción (la producción ampliada de la fuerza de trabajo como mercancía) el parásito militarista --fundado en la agudización de la esclavitud capitalista-- deviene pieza clave para la conservación del modo y el espacio del mercado mundial.

En la guerra de la multitud contra el imperio "ninguna guerra local debe ser contemplada aisladamente, sino como parte de una gran constelación, vinculada en mayor o menor grado a otras zonas de guerra, así como a zonas que por ahora no están en guerra" (Michael Hardt y Antonio Negri, Multitud. Guerra y democracia en la era del Imperio, Debate, España, 2004).

Por cierto que hay que subrayar el hecho de que aparecen noticias en todos los medios sobre quemas de autos en Berlín por supuestos "grupos radicales de ultraizquierda". Y cuando la cosa se haya generalizado en el motor de Europa, cuando el fantasma de la banlieue haya llegado a las calles que vieron morir asesinados a Rosa Luxemburg y a Karl Liebknecht, los espartaquistas de 1918-1919, entonces la revolución global estará en otro grado.

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