Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

24 sept 2011

crisis y reversibilidad histórica

El lightsismo imperante que no quiere ver la guerra--lo cual ya no le resulta posible-- y prefiere colmarse de imágenes embriagadoras de felicidad y belleza, sí que es 1 solipsismo, así se trate del solipsismo del optimista.

No sé si Slavoj Zizek le llamará en algún lugar de su obra "solipsismo del optimista" al cinismo de la época, pero en todo caso a él le corresponde haber descubierto esta caracterización de la ideología dominante en la era posmoderna.

Y las mamás en los hogares prefieren fomentar todavía la infancia sana de sus hijos con cuentos de Santa Claus en lugar de prepararlos sicológicamente para la guerra. Seamos más precisos, es aún más perverso: les cuentan a sus hijos lo del Tío Noé con su trineo repleto de juguetes para que ellos aprendan a usar las imágenes a modo de engaño y hacer la guerra. Engatuzado el enemigo --y el enemigo es cualquier Otro--, es más fácil ir al combate con alguna posibilidad de éxito.

Y si no, ¿por qué tanta guerra?

Pero la crisis del milenio que privilegiadamente vivimos y cuya historia constituye nuestra biografía más intensa demostró ya la reversibilidad de los acontecimientos históricos:

Resurgen el esclavismo generalizado, el yugo de la familia patriarcal, el oscurantismo en todas sus formas y en general cada uno de los problemas de la historia a los que las sociedades de clase les fueron echando tierra para que no se vieran, ya "superados"-- ese aufhebung...

¿Y no tendrá que ver la noticia que pone hoy en entredicho la teoría Einstein-Hawking del Universo y destruye el absoluto de la velocidad de la luz con esta sensación de reversibilidad  y contracción en la boca que caracteriza a nuestra era?

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