Michael Schneider, en su excelente libro Neurosis y lucha de clases (Crítica materialista del psicoanálisis, para constituirlo en fuerza liberadora), además de proporcionar una vasta bibliografía (hasta 1965) sobre el asunto de la relación entre enfermedad mental y proceso de trabajo capitalista, trae a colación al Marx de los Manuscritos de París respecto a la misma cuestión:
"Es notable --cosa que ha escapado hasta ahora a los freudianos-- que el joven Marx describa explícitamente al trabajo asalariado mediante conceptos de la patología: 'El trabajo produce espíritu (para la clase dominante), pero origina cretinismo y estupidez para el trabajador'. Como la relación con el producto de su trabajo no es activa, no es una relación de 'apropiación', se convierte en 'un ser física y espiritualmente deshumanizado'. Como su relación con la naturaleza y con el hombre no es una actividad libre y consciente, se pierde en sí mismo y sus instintos devienen instintos animales. 'Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo... De eso resulta que el hombre (el trabajador) sólo se siente libre en sus funciones animales, en el comer, beber, engendrar, y todo lo más en aquello que toca a la habitación y al atavío, y en cambio en sus funciones humanas se siente como animal. Lo animal se convierte en lo humano y lo humano en lo animal'. La base social del 'animal humano neurótico', 'rechazado' por el mismo Freud, es, por tanto, el 'animal de trabajo' enajenado de sí mismo. Marx: 'La vida se convierte para el obrero en medio de trabajo. En el trabajo mismo el trabajador no es nunca trabajador, solamente animal de trabajo".
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