diría Marx que es puro fariseísmo escandalizarse por la compra millonaria de votos en un lugar en el que la venta subterránea de órganos humanos hace de motor del comercio, aparte de los cerros de cadáveres. Y, por cierto, los sumisos seguidores lópezobraroristas que estarían, ya, obedientes, para ponerse a contar votos casilla por casilla durante semanas, ¡otra vuelta!, ¿cómo harán para reconocer los votos "a conciencia" de los votos comprados? ¿con qué criterio decidirán cuáles fueron los votos comprados?
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