determinatio es negatio,
solía decir, filosofando,
Feuerbach
que sí sabía del dolor lumbar
a la hora de no indefinirse,
decía:
cuando la astucia,
que es una forma de aprovechar a los demás
(cosas, elementos, animales, personas)
en su propio impulso
se perfecciona para Uno
igual que para sí
deviene en perversión
con risa destemplada
por el miedo a la transparencia de su mascarada:
los cuentos para bobos
sobre el amor carnal
--con orgasmonómetro--
de aquella libertad nacida
en medio de la propiedad privada.
¡Así que en su Sí y No, su sin matices
el bueno de Feuerbach arrió su sensualismo!
Algo que nunca entendieron ni románticos
ni pluralistas pro-Buda
tan dados a levantar el programa
del regreso a los animales.
Ja-ja.
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