--No te
confundas –indica R--, antes que asesorar al Pentágono, Gutman obedece al
Mossad que, como tú sabes, es el aparato de inteligencia del Estado israelita…
Son largos
los silencios de R, como si estuviera acostumbrado a la soledad y a hablar
consigo mismo sin reparar en “el otro”, para su cotidianeidad inexistente.
--No tanto
el Mossad como el Bund polaco judío del partido socialdemócrata ruso… --y aquí
dibuja una risa de manicomio R mientras muestra su dentadura chimuela y se
rasca con furia la espesa y enredada barba, cual de la banda de Antonin…--, ahí
está el meollo…, nada menos. Ahí nacieron cerebros bien políglotas como el de
Rosa Luxemburgo, Grossman, Rosdolsky… Lo más brillante del marxismo crítico del
llamado leninismo… je-je-je… la socialdemocracia ruso-polaca… Luego, al
finalizar la segunda guerra mundial, en 1945, llegaron a un compromiso con
Inglaterra desde el gobierno del exilio, muchos millones se movilizaron en ese
trasiego, pero los Gutman vinieron a dar a México, donde instalaron sus
negocios (algunos de carácter intelectual) y echaron a funcionar su dinero… En
los setentas, el hijo del canciller
--que luego se hizo él mismo canciller, jejejeje...-- penetró en las filas del Partido Comunista Mexicano bajo la aureola de haber
consumado una tesis doctoral dirigida por el después célebre estrangulador de su
señora, ji-ji, Louis Althusser… Se convirtió Gutman en el más severo y
despiadado crítico del ideólogo y padre fundador del populismo moderno en
México, Heberto Castillo… La revista Proceso
cubrió aquellos acalorados debates que versaron sobre la política petrolera, o
lo que es lo mismo sobre la mercancía petróleo en manos del Estado.
Ya abrió otra
pausa el R, ¡ey!, ¡aquí sigo…!, inche R, está ido… Decido tener paciencia y me quedo
mirando, de mientras, esa caravana de nubes que se agolpa fatalmente hacia la lluvia
por el oriente, cuando el zanate se atraviesa como un relámpago sin batir sus
alas y se pica en el precipicio (miramos desde lo alto del cerro)…
--Y tú
sabes que el Gutman viene de “buen hombre” --prosigue R--, eso quiere decir, ese es su significado, sí, así era, pero
el dinero convirtió a los judíos en sionistas y, jejeje, los Gutman siempre
tuvieron su utopía en los kibutz de
Israel, el socialismo sionista ese que no es otra cosa que un Estado teológico
supertecnologizado que sirvió desde la posguerra a los intereses colonialistas
de Estados Unidos en el mundo árabe.
Así que los
Gutman, hoy, petróleo de por medio, jeje –continuó mordaz R--, azuzan al estado de Israel, lo apremian para que le
haga la guerra a Irán antes de que este país fabrique su bomba atómica y de que
Obama se reelija en los iunates, lo cual
complicaría la situación a los halcones que claman por la guerra, a los Gutman
de la antigua socialdemocracia judeo-ruso-polaca… ¡Los viejos "compitas"!, jajaja.
Al
terminar, en una pausa larguísima de nuestro entrevistado, cojo la grabadora
que me regaló la Lourdes como si fuera un tesoro preciado por las palabras que
guarda, y me escurro por las escaleras
de caracol hacia mis lejanos rumbos. Lo de los Protocolos de Sión, que sé que viene, ya
no me interesa.
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