se trata de una joya que nos muestra a las claras con quién tratamos:
primero, bien lejos de Marx y de Lenin y muy cerca de Nietzche o de Sorel y, por supuesto, de Mariátegui..., inician con este epígrafe:
"Los pueblos capaces de la victoria son los pueblos de un mito multitudinario".
(sin comentarios... no por ahora, no nos detenemos a contestar aquí a las muchachas combatientes que se mueven en la lengua de los emoticonos, tampoco a los cultivadores de versos martianos, no nos vayan a llamar, una vez más, ¡dogmáticos!).
luego, hay que empezar por reconocer que Bartra (el de La Jornada, y no Roger el de Letras Libres --¡¡pura aristocracia intelectual rancia a diestra y siniestra!!, dos o tres familias) y sus colegas se colocan muy por delante del primitivismo táctico de la Ultra campesinista que se aprobó en San Salvador Atenco para, según esto, impedir con la "desobediencia civil" la toma de posesión a la presidencia de Enrique Peña Nieto. Al menos los firmantes de este documento reconocen --siempre con optimismo, no se vaya a a creer-- que el fraude electoral y la imposición de Peña Nieto crearon una nueva y difícil situación... misma que habrá que remontar. Para estos convocantes ya no se trata de salir a las calles a protestar el día de la toma del "espurio" ni de evitar que se consume "este despojo a la dignidad ciudadana" sino de elaborar una estrategia de cerco que articule bajo una propuesta democrática de Poder Popular la lucha cotidiana de individuos y movimientos y les otorgue la posibilidad de contar con una representación electoral para la toma del gobierno.
Bartra y sus amigos miran hacia los ejemplos de sudamérica (Brasil, Bolivia, Venezuela) en donde los movimientos sociales de "resistencia" al "neoliberalismo" tuvieron la capacidad de llevar, por vía electoral, a los gobiernos a partidos y organizaciones frentistas que los representan. Escriben, implícitamente, contra los impacientes de Atenco: "cuando hayamos desgastado las bases sociales que la oligarquía mantiene cautivas, ganaremos las elecciones, antes no".
no es tanto, según parece, que los nueve firmantes tengan diferencias de tiempo con los atenquistas, cuanto que se proponen otro rol en la división del trabajo político. Mientras los otros, que no aspiran a tomar el poder, desgastan en la lucha cotidiana la influencia de la oligarquía sobre sus masas cautivas y compradas, ellos, los líderes morenistas, conformarán la fuerza plural que gobierne en nombre de todo el movimiento.
la táctica atenquista --heredera de la tradición zapatista-- busca la renuncia del "espurio " y la disolución de poderes para conformar con los partidos políticos legales y las organizaciones sociales la "Asamblea popular" que instale el gobierno provisional y llame a elecciones libres. Los atenquistas consideran pecaminoso, según sus tradiciones, acceder al poder, así que lo delegan en cualquiera de los partidos legales, generalmente el "menos peor", o el del democratismo pequeñoburgés. Morena estaría para canalizar electoralmente esta fuerza del Movimiento (la parte más primitiva del radicalismo campesino y artesanal), como si fuera Morena el grupo capaz de conducir el rumbo de un Estado democrático apoyado orgánicamente en el conflicto social permanente que se expresa en el movimiento autónomo... La república.
el documento aquí comentado elude varios asuntos centrales de la política mexicana y del tema al que se aboca, y esas sus ausencias son síntomas de los límites de la posición que expresa este colectivo de nueve morenistas:
1.- no hace ninguna caracterización del régimen político de la "oligarquía". Ninguna alusión al carácter militarista del Estado mexicano, ni traza líneas hacia su destrucción.
2.- elude vergonzosamente toda crítica de la historia fracasada del PRD (de la que forma parte importante) y de su presente de colaboracionismo y corrupción. En ningún momento rebasa los marcos del programa fundador del PRD y más bien parece pretender refundarlo. Busca construir un Frente Popular y desplazar a los actuales "mandones" por vía electoral y de modo democrático. En tanto no se logre desplazar a estos "mandones", hay que construir con alegría (nunca puede faltar un choro amoroso sobre el papel y la función de la sonrisa) los contra poderes y los equilibrios que preparen la "desobediencia civil".
fuera de su lenguaje el del programa marxista sobre el derrocamiento violento del Estado y la construcción de la dictadura del proletariado.
"cuando el pueblo organizado desobedezca masivamente a los autoritarios", entonces estarán ahí los Morenos para conducirlo todo por los cauces de la legalidad electoral...
el gobierno constituido sobre el Poder Popular "buscaría una mejor distribución de la riqueza nacional y sería intransigente en cuanto a la moralidad pública".
ahí tienen: redistribución de los ingresos y renovación moral. En eso queda.
no redistristribución de la riqueza en el sentido de modifcar la distribución entre dueños de los medios de producción y asalariados, sino de aplicar políticas reguladoras de los ingresos sobre el Estado capitalista reformado, esto es sobre el Estado que se funda en la distribución estructural de la riqueza entre capitalistas y proletarios. Y así como no dicen una sola palabra respecto al carácter militarista del Estado, estos morenistas de avanzada no hablan de la estructura capitalista del régimen actual.
eso sí, frases en boga sobre el pluralismo y el respeto a la diversidad como esencia del "pueblo mexicano". Frases sobre lo "rico del proceso" y la ausencia del objetivo que se hicieron moda en la nueva sensibilidad "anti-teleológica" que corresponde al movimientismo:
en el combate diario la gente se conoce, organiza y adquiere conciencia, ahí los militantes se foguean y la organización se prueba, gracias a la lucha diaria vamos ocupando y creando espacios sociales, políticos y económicos en la comunidad, en el barrio, en la fábrica, en la escuela; en los combates cotidianos le vamos tendiendo un cerco social a la oligarquía y sus personeros, Y sólo así, cercando socialmente al sistema, podremos quitarles el gobierno a los aferrados mandones que hoy lo apañan.
nótese este lenguaje ("mandones", "aferrados", "apañan") que suplanta en los morenistas todo análisis propiamente de clase. Populismo. Populismo de caudillo.
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