Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

25 abr 2010

de la huelga de hambre como forma de lucha

Desde el comunismo que defendemos, en el que el hedonismo debe ser practicado por cada un@ como medida profiláctica, no se entiende para nada que los que la hacen de pedo, aparte, se metan mano, se autoacuchillen, lleven su cuerpo a pruebas extremas de dolor, se coloquen en el hambre, esto es, en la desesperación y el suicidio.

Eso puede estar bueno para los cristianos, pero no para nosotr@s.

Los curas de izquierda que defienden estas formas de lucha parten de una idea que desde nuestro punto de vista es errónea; consideran que el sacrificio conmueve el "alma humana" y que, de este modo, puede hacerse renacer la "esencia" del espíritu solidario humano. Su metafísica de buenos deseos no toma en cuenta para nada que la estructura de las relaciones sociales mercantiles produce un individuo (ciudadano) que se comporta con toda indiferencia frente a la suerte de su prójimo. Ya Brecht en su novela de los cuatro cuartos estudió este fenómeno en una industria del mendigo. Cada día era preciso recurrir a métodos nuevos, y cada día la novedad se pudría de vieja.

Tales relaciones llegaron ya al grado en que los médicos forenses lo primero a lo que proceden ante un cadáver infantil es a corroborar por todos los medios si muestra o no huellas de penetración sexual, y si no son responsables los padres. Pura ingenuidad sería (fascismo de cualquier color) suponer y poclamar que la peste se cura con sermones sobre la moral y el bien portarse, con "sacudidas" a la conciencia. Así que sería mejor, dado los decibeles del cómo viene de la guerra, cuidar, mimar y apapachar el propio cuerpo, hasta donde sea posible, pero nunca hacerle daño. Se necesitará de esta táctica para librar próximas batallas en condiciones de salud.

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