Pa pronto el susodicho mandó decir que si le dábamos chance para responder puntualmente contra alusiones personales, quería saber también si le abríamos espacio en nuestro "blog" para poner en su sitio a los hermanos Castro.
--¡Ni madres! --contesté--, ¡los hermanos Castro aquí no entran!
Pero yo, pensando en la música, me refería a los hermanos de la Vero, los que cantan, y Luis hablaba de los dictadores de la isla.
--¡Hum!, ¡Hum! --exclamó alguien de nuestro lado. Ya iba a decir que no, pero, con los ojos, decidimos consultarlo. Todos andábamos un poco a la defensiva, alterados, esperando ser agredidos para soltar la brutal respuesta. Al final es mejor responder en frío, "sin pretensiones de traer la neta" --diría la Caro--. Así que le regresamos la respuesta:
--¡Órale! Tú escribes aquí tus textos sobre Cuba, con tal de que no vayas a salir con gusanadas como las que te publican en Miami, sólo una vez después de que conozcamos tus posiciones sobre la Ley Arizona y el Gorila Uribe y los milicos en Ciudad Juárez y las guerras de invasión imperialista en Medio Oriente, sólo así, de otro modo no.
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