... Y hablando de Cuba, se experimenta cierto atolondramiento en el intento de traducir a palabras timbres, tonos y ritmos; en estos complicados menesteres es fácil caer en el amaneramiento y otras lindezas tan a lo carpentier; mas el arrobar de la noche impone su reto --más allá de la primera impresión rítmica-melódica-- como traslación al concepto. Así, en mudo, ya luego ese nudo desenvuelve su voz para llenar con cuerpo sonoro el epacio. Y el espacio es la sala Blas Galindo en el Centro Nacional de las Artes.
Sábado 17 de abril. Yolanda Martínez de Cuba y Yulia Vishnevetskaia de Ucrania ofrecen, en recital de dos pianos: Otra visión del bicentenario.
Con su modestia habitual, Yolanda atribuye a Yulia gran peso en la concepción del recital que es de verdad una propuesta: el modo sonoro en que el primer mundo occidental (incluyendo el triángulo Kiev, Moscú y San Petesburgo) captó a través de sus mejores representantes el tiempo sonoro en América Latina: Stravinsky en primera línea, Milhaud, Coplan, Rekhin y Rogalyov. Piazzola y Guastavino entonan desde dentro. Y salvo el último y el bis, todo el programa está dedicado al siglo XX, no porque el argentino quede fuera de las coordenadas (1912-2000), sino porque su Romance del Plata se encuentra en un momento previo. Noche de tangos y habaneras rus@s, danzones geométricos a la gringa (los tonos de Copland), cumbanchas y tarantas de ruso avecinado en La Habana --borracho y todo un gran desmadre; brazileiras desde París. Flotan, en citas de soslayo, los fantasmas de Ravel, Gerswhin y el impresionismo francés (aquí con aires neoclásicos habaneros) en el momento de descubrir una nueva luz en África, el descubrimiento del mundo. Y aunque Piazzola se torna imposible en ausencia de bandoneón, cierra la noche con la picardía y el chotís criollo, decimonónico, de un bis -en este caso vuelto tris por la insistencia del respetable-- con piezas del habanero Ignacio Cervantes.
Platicábamos a la hora de los tacos al pastor y hubo consenso en que Stravinsky se llevó la noche. El adjetivo para el rato fue: exquisito. Lástima que no tengamos acceso a ningún video con Yolanda al piano, acompañada por Yulia, Edyta Plodzyen o el violinista Cuauhtémoc Rivera.
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