El análisis comparativo nos arrojaría luz sobre la política informativa de un régimen totalitario en grado de descomposición. Y es ridículo ese personaje de la televisión que se empeña en argumentar sobre la vida privada del desaparecido, siendo, como dice, que desde hace varios años estaba retirado de la política y de la vida pública. "Un particular cualquiera".
--No la riegues... --le dice la Denis a su lado--, ¿qué no leíste Extrañamiento?, es un asunto de Estado.
No tiene tiempo el de la coronilla fraylescamente calva para girar extrañamente la testa, cuando, por la derecha, otro que tiene cara de malo lo ataja:
--¡Si, hombre!, de plano ya ni...¡pip!..., ni Reyes Heroles padre jugó el papel de Diego Fernández de Cevallos en la transición a la democracia; ¡nadie en los últimos 25 años pesa lo que Diego sobre la política mexicana!
Claro, claro, piensa el moderador con buen cuidado de no abrir el pico (el silencio es oro), pero el chiste es que, prosigue, de lo que se trata es de que la gente no piense en política. Por eso los casos periodísticos del Canal de las Estrellas prefieren introducirse en el morbo intrafamiliar, como en el caso aquel del regiomontano que se la hacía mamar por la suegra y terminó asesinando a los hermanitos de su novia o el del cadáver cuya pestilencia pareció ya una pura normalidad a los cercanos, por lo que se produjo cierta tardanza en el hallazgo.
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