Se intentará aquí caracterizar a los actores que estuvieron involucrados en la huelga y que acaban de negociar en el Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal (IEMS). Se tiene por un lado al Sindicato de la Unión de Trabajadores del IEMS (SUTIEMS) –sindicato que agrupa a algunos cientos de trabajadores administrativos y académicos – y por otro el gobierno del Distrito Federal (GDF), que en éste caso juega el rol de “patrón”.
El GDF y su partido siempre han actuado consecuentemente con respecto a los intereses de clase que poseen, razón por la cual se nos presenta evidente -ahora más que nunca,- que no existe diferencia alguna entre la derecha y la izquierda.
Nos llama la atención cómo hace apenas unos días, la Secretaría del SUTIEMS declaraba “es increíble que un gobierno que se dice de izquierda trate a sus trabajadores peor que los de derecha”… aún así, se sientan a negociar con ellos y terminan aceptando el 4 % de aumento salarial (3.3% sobre el salario y el 0.7% en prestaciones), que antes consideraban insuficiente.
Al igual que en 2008 y 2009, para este 2010 la demanda de incremento salarial por parte del sindicato fue del 35%. El año pasado el asunto terminó con la aceptación y firma de un acuerdo con el GDF sobre un aumento del 5% además de algunas otras prestaciones, a pesar de que el pliego petitorio incluía muchas otras demandas respecto a la situación laboral no solo de los agremiados sino de otros trabajadores del IEMS en peores condiciones laborales.
Quizá si las reivindicaciones del SUTIEMS hubieran sido políticas – acordes a la situación actual y a la precariedad de vida de las mayorías en este país – y no solo por unos “gramos más en su chuleta”, y si se hubiera vinculado a otros sectores del IEMS, sindicatos, organizaciones y población aledaña a los planteles del instituto, se podría hablar de un movimiento a la altura de las circunstancias.
Quizá se estaría relatando una manifestación de la lucha de clases si el movimiento que dio origen a ésta efímera huelga (1 día hábil) hubiera enarbolado reivindicaciones políticas vinculando sus demandas con el descontento social prevaleciente en las zonas en las que se localizan los 17 planteles de las prepas (la periferia de la ciudad, zonas de alta marginación)… donde, literalmente, se han inundado de mierda, ya sea en las faldas del cerro del Chiquihuite (muy cerca del Reclusorio Norte) ó en el sur oriente de la capital (cercano al Reclusorio Oriente y a Chalco). Cabe anotar aquí que las inundaciones se han debido, básicamente, a los ineficientes sistemas de drenaje y recolección de residuos sólidos de la ciudad que administra el gobierno de Ebrard... pero para lo que sí ha sido eficaz el GDF y su partido es para reprimir a los inconformes y recortar el gasto público (por lo que “no le alcanza” para incrementar el salario a sus propios trabajadores) .
Como “patrón”, el gobierno perredista impone condiciones de trabajo en la IEMS totalmente desfavorables para los empleados, utilizando las mismas técnicas que las empresas. En las pejeprepas prevalecen prácticas como el outsourcing (el servicio de intendencia es llevado a cabo por una empresa privada que contrata el IEMS), el pago por honorarios (a los profesores del sistema semi escolarizado, por ejemplo) y la forma de integración salarial para los que tienen contrato (solo el 30% es de salario base y el 70% restante son asignaciones adicionales, lo que repercute en las cotizaciones y fondos de retiro).
Es pertinente mencionar que en ésta misma semana se llevó a cabo en el Zócalo capitalino un evento promovido por el GDF y organizaciones que pertenecen al Foro Social Mundial (como aquellas que pugnan por la paz y la no violencia) y en cuyo programa, obviamente, no se incluyó, ni por error, una crítica al sistema capitalista. ¿Será que, una vez más, el gobierno desea evitar un estallido social con las estrategias de siempre? Por un lado, coptando a los jóvenes activos para que actúen a su lado y en son de paz y, por el otro, militarizando la ciudad y sembrando el miedo y la violencia, bombardeándonos a diario con el terror de cadáveres sangrantes que aparecen en las primeras planas de los periódicos ó en los noticieros televisivos (recordar El Gráfico, de a tres pesos, que tiene por delante sesos de fuera y por detrás, tetas al aire).
Solo resta añadir un dato más para caracterizar al perredismo capitalino: es un buen especulador. Ante la creciente carencia de agua en la ciudad, no ha destinado recurso alguno para solucionar éste problema y se ha limitado a anunciar la catástrofe por venir y a aumentar la tarifa del agua...
NOTA (de comunicación interna): gracias a l@s demás compañer@s de Extrañamiento por la pertinencia al reclamar nuestro análisis y solicitar la publicación de éste texto.
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