Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

2 jun 2010

No se pudo

Ahora que el Director Técnico de la Selección concentra en sus informes televisivos el poder temporal del Presidente (como del 11 de junio al 11 de julio), y vivimos otra vuelta al discurso de las agallas del tío Rivas, cuyos últimos suspiros se deslizan tortuosamente y apenitas por el tubo respiradero del que habita. Nuestro mal es el pesimismo y el no saber soñar... la  pesadilla. Pinche rollo de hojuelas de maíz para el desayuno que se tiraba el hijo de la dueña de la fábrica: "alíméntense bien, traten de balancearle",  y los asalariados con sus tacos de chile y frijol, y por supuesto con sus jiotes.

Así que fui pa La Caracol, allá en el oriente, desde donde se entuba el Río Churubusco. Ya no estaba ni la Gran Danesa que cuidaba los jacales de la abuela del Kuate, ni la sombra de la niña que un día me dijo "Muñeco", ni los arroyos pestilentes que se insubordinaban al drenaje. Y vomité tres veces allá por los edificios de la CTM y también supe lo que es el abrume. Ya el Kuate tampoco se ubica, y tuvo la mala suerte de que sus versos, a cinco años de su muerte, no lo representen. Ahí estaría embarrado él sobre la tarima de la barra de El Palacio, casi babeando a ratos, genial en sus instantes. Puro José Alfredo.


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