Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

15 jun 2010

toda la fuerza de la revolución contra el terrorismo de Estado

Basta echarle un vistazo a la editorial de hoy del periódico La Jornada para enterarnos del modo de reflexionar de algunos de esos liberales que suelen actuar en el bando contrario al que aseguran pertenecer.

... Tales crímenes (y aquí se refiere a las ejecuciones masivas de ayer en el penal de Mazatlán) son muestras especialmente contundentes del dominio que la delincuencia organizada ha conseguido en puntos en los que el control de Estado debiera ser axiomático: carreteras y cárceles.

La pifia es clara, pues debería concluirse ahí, en contra, que se trata precisamente de una política de Estado: la del exterminio. Así que de nada vale todo ese moralismo jurídico que pretende distinguir entre el Estado y los delincuentes, entre los dueños del dinero y las "mafias". Como si el dinero no hubiese venido al mundo bañado en cada poro de sangre y suciedad. Lo hemos venido repitiendo desde hace ya lustros, pero algunos insisten en soñar con una vuelta a la burguesía "industrializadora".

Mas no podríamos considerar a La Jornada como un bloque monolítico carente de contradicciones. Ahí mismo, en la edición de hoy, aparece un artículo de Luis Hernández Navarro que deberíamos discutir. Expresa el articulista de manera clara y directa la seria posibilidad de que, ante la guerra desde el Estado, se estén cerrando a gran velocidad los espacios para la lucha legal y pacífica del movimiento de masas en el país; denuncia la participación de los cuerpos paramilitares del narco en la represión de los movimientos populares; diagnostica el carácter violento del paramilitarismo como esencia del Estado mexicano actual; el mismo que transitó en las décadas recientes del populismo de caudillo a la Iniciativa México, donde el niño Azcárraga y Salinas Pliego (locutores al canto...) podrán prescindir finalmente de los Peña Nieto. El rostro verdadero del capital, más allá de sus cándidos discursos sobre la democracia y la libertad de expresión.

Pero por mucho que infructuosamente se esmere en atizar las guerras nacionales, el Imperio tiene esta vez metida la estaca de la lucha de clases en la columna vertebral, y desde abajo...


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