Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

11 mar 2011

instantánea

Todo mundo conspiraba en los patios del Senáre. Y el más gordo cuchicheaba en los pasillos, frente al baño. Cuando me vio salir, le dijo a Jimena, que estaba en ese momento por arrebatarle la palabra: ¡Shhhhhhhh!, ¡Shhhhhhh!.

Tres metros adelante crucé con Susana, la secretaria. Caminaba sumergida en una angustia tan grande que no reparó en que la saludaba cuando nos tropezamos por el pasillo. Así que ya por los elevadores iba yo convencido de que una especie de malestar privaba a esas horas en aquel ambiente de artistas convertidos en burócratas. Se morían por una jugada en la urgencia del no mañana. Lo cual corroboré ya arriba en el retrato que realicé sobre los gestos de la oaxaqueña, fruncidos ellos, duros y bien ingratos.

--Huele  a rebelión --dije en voz bien alta.

De seguro que pensaron en ellos mismos. Pero yo estaba más bien en Ixtapaluca.


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