ni el fardo habitual de los chochos
que se columpian a la espera.
Andar sin Musa por la city
requetealigera
y acaso ello se deba al fin
de la tragedia, el día en que
el que teje es él a la espera
y ella la que no vuelve.
(la chica labra cajones
para guardar sus recuerdos:
cuasi pastores de Homero).
Escotes lujuriosos en el Metro
al grado de que evoco al Rey Bizco
(Cri-Cri en el 900)
cuando decir "bizcocho"
condujo a la horca
por alusiones sesgadas.
Gimoteaba por Grecia el Ateneo.
Y en tanto, una abeja chocó contra el foco.
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