Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

20 dic 2010

de la reaparición de Fernández de Cevallos

Como foto de Santa Claus, apareció Diego.

¿Será el inicio de su campaña a nombre de esa clase media gabachizada del cake con cerezas?

¡Santa! ¡Santa! ¡Santa!

Y la emoción sigue, pero esta vez, por causas distintas, en mi, y es muy grande, cosas de uno. Cosas que se acarician. Como despertar (abrir los ojos) satisfecho:

                                                                 ¡la cima!


Son ritmos, velocidades, timbres, tonos y gestos, no conceptos, y son irreductibles también al verbo: un brinco con taconazo al aire, otro "¡qué chingaos!", y ya estás. Es distinto el asunto de la racionalidad y el análisis, donde, sí,  las palabras, gravitan con su peso.Y en el análisis, dos sucesos:

1.- El comunicado de "los misteriosos desaparecedores" con la firma al calce de la Red por la Transfomación Global. Un discurso revolucionario por la organización del "pueblo" y por el derecho de éste a ejercer la violencia contra el Estado depredador de los Salinas de Gortari, Diegos y algunos otros de sus socios.

Los individuos concretos de la oligarquía dominante son los responsables de los cambios "antipatriotas".

A reserva de volver a estudiarlo en detalle, una primera lectura del texto deja la impresión de que se trata de luchar afuera de la ley por más justicia y que ésta es, entonces, una cuestión cuantitativa: más salarios en lugar de ¡no al trabajo asalariado!; más patriotismo en lugar de internacionalismo; suprimir por medios violentos a la oligarquía para despejar el camino democrático a la república del "pueblo" en lugar de revolución proletaria comunista. Con todo, esto no es lo más importante, pues lo que hay que subrayar ahora es el modo en que se distingue este discurso en el marco de la guerra contra el narco. Tenderá a proliferar en lo que viene porque la causa del populismo radical sigue viva y se ha reanimado en la crisis y porque, también, vastos sectores de la población que han sido criminalizados por la política del capital aprendieron ya a usar como una fuerza productiva y arma de legitimación el discurso revolucionario. Habrá muchos salteadores y sobresaldrá uno que otro saltinbanqui pero el eje de la lucha se modifica sensiblemente y es espacio nuestro, o como dijeran los chetanes de la tierra de Rulfo y mi abuela: "terreno macizo"

El segundo punto tiene que ver con el último libro del ex presidente Carlos Salinas de Gortari (Democracia Republicana. Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana). Prometemos comentarlo en breve, basta por ahora con apuntar la desmesura napoleónica de su autor cuando pretende que un lector postmoderno podrá con ese pesado tabique de 1 000 páginas que más bien serviría para marcar los bíceps. Sólo alguien desfasado puede salir con tamaño despropósito: ¿escribirá algo ahí sobre las dos Coreas?

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