Vietnow

Las décadas de los 60´s y 70´s del siglo pasado pueden considerarse un gran periodo de crisis en el que se intensificó la lucha de clases, ¿qué elementos retomar de esas batallas en México y el mundo? ¿que aprendizajes extraer para las luchas por venir? ¿cómo hacer para que el proceso objetivo de resistencia e inconformidad mundial derive en nuestro triunfo y no en la aniquilación de los rebeldes y la imposición de nuevas formas de dominación? ¿cómo hacer para no sufrir una derrota más? ¿cómo evitar la peor de las derrotas: la que resulta de no haber dado la batalla? ... por miedo, tal vez, o por no identificar siquiera de qué lado estamos...

"El esclavismo moderno implica una enajenación de dimensiones extraordinarias:  la que logra enajenar al trabajador incluso de su conciencia de estar enajenado, de ser un explotado...” escribía Mandel en los 70´s.

El capital - y sus instituciones, logica, disciplina, dinámica, instrumentos- se impone sobre nosotros hasta donde lo permitimos… ha logrado dominar  la vida humana,  para autovalorizarse, entrando incluso en nuestro cuerpo y nuestra mente, imperceptiblemente… y cuando algunos lo perciben y reacciona ante esa violencia, ante las nuevas formas de control y explotación, esos son marginados, perseguidos, denostados y eliminados. Las novedosas formas de explotación surgidas en Asia (toyotismo) y aplicadas posteriormente en otras partes del planeta no pudieron entrar al mundo del trabajo sino hasta que se aplastaron los movimientos rebeldes a fines de los 70´s... y así los trabajadores quedaron más divididos y enajenados que antes.

Una de las ventajas de la tendencia expansiva, inherente al capital, es que la globalización resultante  genera mayor conexión y, por lo tanto, se producen mayores posibilidades de coincidencias objetivas que favorezca la lucha de los trabajadores, de los esclavos de todo el mundo para alcanzar la libertad… existen más probabilidades que nunca antes (inter-net) de que se conecten fenómenos en el tiempo y el espacio, borrando las fronteras, los límites y las distancias… hace dos siglos, esas coincidencias eran probablemente menos comunes, pero se daban: la conjunción de la lucha de los esclavos negros en la colonia francesa hoy llamada Haití (la primera colonia latinoamericana en independizarse) y la lucha de los obreros franceses que se resistían a la dominación por la fábrica, todos al mismo tiempo… el desarrollo desigual y combinado del sistema del capital en los diferentes países y regiones, se nivela por los mismos mecanismos del capital y sus crisis,  favoreciendo la unificación y homogenización, eliminando las diferencias a lo interno de las clases (borrando incluso las fronteras nacionales) y agudizando el abismo que existe entre las dos únicas y antagónicas clases sociales mundiales.

¿Cómo hacemos para que en los nuevos enfrentamientos no logren desarticular y aniquilar el movimiento de trabajadores del planeta, y ésta vez, ganemos nosotros?... como en Vietnam, pero en todo el mundo... Vietnow… ¿tendrá la multitud y su conciencia ese poder o la dinámica del capital y su clase representante son más fuertes? ¿tan profundamente ha entrado y se ha fijado el sistema en cada uno de nosotros que terminará imponiéndose de nuevo y seguirá dominando la vida humana como hasta ahora? o ¿existe la posibilidad de cada individuo del colectivo destruya al sistema desde sí mismo, que se derrumbe dentro de cada mente? ... entonces si estaríamos por fin en la posibilidad de comenzar a inventar y crear algo diferente.

“ No nos convertiremos en lo que somos sino mediante la negación íntima y radical de lo que han hecho de nosotros…” diría Sartre.

Morello, líder del grupo norteamericano Rage Against the Machine señaló en una entrevista concedida a revista Guitar World:

“Estados Unidos se autodenomina la tierra de la libertad, pero la primera libertad que tenemos tú y yo es la de desempeñar un trabajo como explotado. Una vez hayas ejercido esta libertad entonces habrás perdido el control sobre lo que haces, lo que se produce y cómo se produce, y, al final, el producto ya no te pertenecerá a ti. La única forma de evitar a los jefes es no cuidar de ti mismo, lo cual nos lleva a la segunda libertad: la de morirse de hambre.”