Versado en estos temas del marxismo-leninismo, de esos de "patria o muerte" con un 7 años embuchacado ya a las 11 de la mañana, el gordo S aparece del otro lado de la línea cuando descuelgo el auricular y suelta con aire provocador:
--¿Qué, todavía eres de izquierda?
--?????????????????
--Lo digo porque a veces me desconciertas.
--No fui yo el que brincaba ilusionado cuando llegó Obama a la presidencia. ¿Recuerdas el tono de tu venerado jefe el comandante?
--Es que a mi no me gusta andar con subs...
--("Bueno, al menos le quedan un par de neuronas", pienso).
Me llamaba el gordo S para que nos viéramos en la marcha de hoy por la tarde, sin saberme explicar de qué: "como que está ambiguo", "como que debió haberse hecho una convocatoria centrada en lo político", "en fin, yo voy a guachear", y etc.
--"Ni madre, mijo --pienso--, se trata de que te saquen la foto a las espaldas del Esparza para hacerle el caldo gordo al peje y a Porfirio (El nuncafalta) en tiempo de elecciones. ¡Resguárdate!, ¡guarécete!, ¡ocúltate! que ya empezó la jaripeada. Cuando eras chavo --se sigue diciendo--, salías de la mani para ver si te la seguías con las chelas en plan de caerle a alguna morra hasta el alba. En espíritu muy "festivo". Pero el Marcelino ya está ruco.
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