Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

7 feb 2011

del año 52 "entrado en 53"

Acá, con lo de El Cairo y Alejandría, hemos venido recuperando nuestra confianza, al grado de que podríamos cantar la de Julius Fucik, con una bandera:

He vivido por la alegría
por la alegría he ido a la guerra
que la Tristeza no sea nunca
unida a mi nombre.

La-la-la; la-la-la; la-la-la; la-la-la.

Silbando.

Y si se pudiera sacar una fotografía del ruido del intestino del edificio que habitamos, quedaría constancia de que el trinar de los canarios presos en sus jaulas también estalla, como el sol en el horizonte. Y cuando sobrevienen sus olas sonoras de alpiste, el tic tac del reloj chino se oculta en el fondo. Todo es un campanear en el barrio.

(((...aunque no haya diferencia visual perceptible entre los mexicanos en el aeropuerto huyendo de terremotos y tsunamis e insurrecciones populares. A estos pollitos de vuelta a casa pertenecientes a la pequeña burguesía universal (Agamben), las revoluciones sociales se les presentan como "desastres naturales"))).

No hay comentarios: