Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

17 abr 2011

el VI congreso del Partido Comunista de Cuba


Cuando Raúl Castro Ruz anuncia la transformación radical del viejo socialismo burocrático y denosta en general, sin decir bien a bien a qué se refiere, a los "dogmáticos" partidarios de las "viejas ideas"; al recurrir a esa retórica para impulsar "la descentralización" económica en Cuba por la vía del desarrollo del mercado capitalista, sólo demuestra que también respecto a este asunto, igual que en el de The Beatles, los cubanos de Fidel llegaron con 20 o 30 años de retraso.

Al escuchar los adjetivos aperturistas del heredero de Fidel (en la monarquía los poderes son heredados) contra el "dogmatismo", tenemos que reconocer, aunque nos pese, que Roger Bartra y sus renovadores del Partido Comunista Mexicano fungieron objetivamente como vanguardia de los hermanos Castro y su politburó.

Es lamentable que el discurso ideológico del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) apunte hacia el reconocimiento de "las ventajas del mercado" en el mismo momento en el que el mercado mundial atraviesa por la más grave de sus crisis en la historia, misma que amenaza, como lo ha dicho Fidel Castro repetidas veces, el devenir de la civilización humana.

Todo el prestigio histórico de la revolución cubana sobre las pueblos de América Latina puesto hoy, tras la visita del "amigo" Carter a la isla, para incorporar aire, vía bocaboca, a las expectativas fraudulentas de una sociedad mundial sostenida por las relaciones cosificadas en pos de la ganancia privada.

En contra de Lenin y de sus enseñanzas contenidas en el opúsculo sobre el imperialismo, escrito con fines tácticos para oponer a la guerra imperialista la revolución socialista, los pequeñoburgueses de la dirección del PCC aplican por enésima ocasión su Nueva Política Económica, que Lenin sólo instrumentó para la reconstrucción de la Unión Soviética tras la guerra de 1914-1919 y no con las estúpidas ilusiones de "distender así el conflicto" y evitar una guerra.

Los dirigentes del PCC prometen la descentralización económica tras sus renovadoras reformas. Lo mismo dijeron --y en ese antonces algunos lo creímos-- los perestroikos de la República Democrática Alemana, pero en realidad sólo fueron tragados como alemanes de tercera a la potencia capitalista que es la RFA.

¿Aspiran los cubanos a una descentralización económica como la que gozamos en México, donde Televisa y Televisión Azteca, el duopolio, han convertido al territorio nacional en un deshuesadero donde las cabezas ruedan con tal de que Carlos Slim no ingrese al club selecto?

Si el VI congreso del PCC no pone el énfasis (y ya no lo puso) en la organización internacional por la revolución socialista y contra la guerra imperialista que tiene hoy su capítulo en Libia, habrá pasado a la historia como el episodio en el que, tras la visita antes traída a cuento, los comunistas cubanos quedaron frente a nuestros ojos como los compadres que siempre fueron de ese "caballero" de la policía mexicana en tiempos de Guerra Sucia que fue Don Fernando Gutiérrez Barrios.

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