Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

17 may 2011

para aligerar la tragedia

Y a propósito de aquella versión de Ezra Pound sobre una estrofa de Voltaire:

Se muere dos veces, bien miro:
cesar de amar y ser amable
es la muerte más desgraciada,
cesar de vivir nada importa.

(véase Extrañamiento del 28 de abril)

el tiempo, al tomarme de la mano,
me aconseja que me retire.
De su rigor tan implacable
saquemos alguna enseñanza:
quien a su edad no se conforma,
de la edad cobra la desdicha.

... a propósito de lo que dicen esos versos, presentamos aquí el siguiente fragmento del poeta chileno Pablo de Rokha, autor del largo Canto del macho anciano:

Sentado a la sombra inmortal de un sepulcro,
o enarbolando el gran anillo matrimonial herido a la manera
de palomas que se deshojan como congojas,
escarbo los últimos atardeceres.
Como quien arroja un libro de botellas tristes a la Mar-Océano
o una enorme piedra de humo echando sin embargo espanto a los
acantilados de la historia
o acaso un pájaro muerto que gotea llanto,
voy lanzando los peñascos inexorables del pretérito
contra la muralla negra.
Y como ya todo es inútil,
como los candados del infinito crujen en goznes mohosos,
su actitud llena la tierra de lamentos.
Escucho el regimiento de esqueletos del gran crepúsculo,
del gran crepúsculo cardíaco o demoníaco, maníaco
de los enfurecidos ancianos,
la trompeta acusatoria de la desgracia acumulada,
el arriarse descomunal de todas las banderas, el ámbito terriblemente
            pálido
de los fusilamientos, la angustia
del soldado que agoniza entre tizanas y frazadas, a quinientas leguas
         abiertas
del campo de batalla, y sollozo como un pabellón antiguo.
Hay lágrimas de hierro amontonadas, pero
por dentro del invierno se levanta el hongo infernal del cataclismo
        personal y catástrofes de ciudades
que murieron y son polvo remoto.
...
Fallan las glándulas
y el varón genital intimidado por el yo rabioso, se recoje a la medida
       del abatimiento o atardeciendo
araña la perdida felicidad en los escombros;
el amor nos agarró y nos estrujó como a limones desesperados,
yo ando lamiendo su ternura,
pero ella se diluye en la eternidad, se confunde en la eternidad,
se destruye en la eternidad y aunque existo
porque batallo y "mi poesía es mi militancia",
todo lo eterno me rodea amenazándome y gritando
desde la otra orilla.


Con mucho más humor, Marco Valerio Marcial, el epigramista de Roma que nunca jamás se hubiese suicidado, como lo hizo Pablo de Rokha, recomienda una nutrida cantidad de recetas para el uso de la lengua, con tal de no renunciar a uno de los mayores goces de la existencia. En sus 69 epigramas con versiones de Rousset Banda será posible encontrar buenos ejemplos.

El propio amigo D, con su sabiduría bohemia, canta loas a su retorno, por este mayo, a sus años de secundaria, cuando gozaba por las calles de la ciudad caminando junto a la chava. ¡No manchen!


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