Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

30 jul 2011

Notas de historia para el presente (parte I)

Hubo un tiempo durante la Colonia en el que los indígenas esclavos no eran suficientes para el enriquecimiento de los nuevos dueños. La población originaria había mermado durante el siglo XVI con las guerras, la explotación, la represión y las enfermedades. Fue entonces cuando los españoles importaron mano de obra negra para poder explotar las tierras y minas usurpadas. Llegaron entonces desde el continente africano hasta el puerto de Veracruz barcos llenos del más grande tesoro, el único que es capaz de darle valor a las riquezas de la tierra: el hombre.

Mientras duró el control de España sobre las tierras de América se arrancó de su hogar a más de 20 millones de africanos. Como siempre, y hasta el día de hoy, es a costa de los desposeídos que los ricos se hicieron más ricos, así se forjan los imperios… el romano, por ejemplo, en el Mediterráneo- cuna de la civilización occidental por ser un espacio propicio para el desarrollo mercantil- contra el cual se alzó potente la rebelión esclava italiana. Es también en Italia que tienen su origen las leyes y la religión que el resto de occidente heredó, así como el modo de producción capitalista, el Estado-nación y la primer mafia reconocida históricamente como tal.

¿Que por qué allí? Quizá no es esa la pregunta más relevante sino el por qué surgieron tales formas de explotación, control y represión humanas que existen hasta nuestros días y provocan cada minuto la muerte y el sufrimiento de millones. Para empezar por algún lado recurrimos a la tan útil dimensión espacio-temporal. Si la producción e intercambio de mercancías es el eje sobre el cual se articulan el resto de los aspectos de la vida humana, es en los grandes centros de producción e intercambio mercantil donde primero y con más fuerza se expresa la lucha de clases.
Vienen aquí al caso unas notas de Lenin: “la existencia del Estado demuestra que las contradicciones de clase son irreconciliables…la liberación de la clase oprimida es imposible, no solo sin una revolución violenta, sino también sin la destrucción del aparato del poder estatal que ha sido creado por la clase dominante…todo Estado es una fuerza especial para la represión de la clase oprimida. Por eso, todo Estado, ni es libre ni es popular.”

Pero todo lo que empieza termina, así que el dominio del Mediterráneo y sus potencias acabó al iniciar la expansión imperialista a otros continentes. Los países europeos situados a la orilla del Atlántico asumieron el rol de centro económico de occidente a partir del descubrimiento de América y heredan y exportan los mecanismos, estructuras y formas de dominación del capital que se gestaron en el Mediterráneo. La mafia, por ejemplo, que se desarrolló a la par de la producción de mercancías a gran escala… o mejor dicho, la mercancía lleva ya implícita la mafia. La producción capitalista genera un mayor volumen y diversidad de mercancías, lo cual conlleva un flujo más intenso en el intercambio comercial y el surgimiento de grupos organizados para el control del mercado. Conforme se desarrolla el capitalismo en todo el globo, van surgiendo mafias en todos los aspectos de la vida humana que involucran intercambio. La mafia es, por lo tanto, una forma de organización inherente al capitalismo en la que el control del mercado favorece la tendencia del capital a valorizarse y acumularse indefinidamente.
(Continuará)

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