Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

20 ago 2011

2 artículos sabatinos

Los dos más lúcidos analistas políticos (uno teórico y el otro, hombre de acción) de la corriente social demócrata en México proveniente del Partido Comunista Mexicano legalizado (PCM-l), escriben hoy (uno en La Jornada y el otro en Milenio) artículos dignos de ser mencionados y discutidos entre nosotros. Ambos textos apuntan al análisis y la caracterización de las especificidades políticas de la situación mundial: Ilán Semo ("El sujeto impolítico") y Joel Ortega ("Cada chango a su mecate") pertenecen a una generación anterior a la nuestra, digamos que los de quinto cuando uno andaba por primero: los grandes que se les ponían a los grandulones de sexto. O sea, queridos.

1. Ilán llega a conclusiones agudas respecto a la fenomenología del movimiento juvenil en Londres.
Resulta desde su perspectiva el producto natural y legítimo de una deslegitimación labrada desde lo privado que alcanzó su clímax a partir del gobierno conservador de la Margaret Tatcher. Para Semo, siempre tentado a mirar "retornos" por aquí y por allá, asistiríamos a una especie de "retorno ludita".
No ve en ningún momento el hecho histórico actual en el que el "ludismo" londinense se "contamina" con el movimiento super político (y super organizado) de los estudiantes en Chile, así como viceversa.

2. En cambio Joel Ortega se muestra inquieto porque algunos "descubren el hilo negro" respecto a las movilizaciones mundiales (desde la "primavera del Magreb" hasta "Los indignados" en España) en amplio ascenso, pero no se preguntan el por qué en México no se alcanzan a vislumbrar ni de lejos semejantes estallidos.

Por lo demás, coincidimos con Joel en su crítica de ese civilismo que usurpa y representa (las dos a un mismo tiempo) a la "sociedad civil" en sus acciones políticas disfrazadas bajo un disurso reaccionario y teológico dirigido contra la política y contra los partidos políticos.

Puede Joel encontrar algunas respuestas a sus preguntas en el artículo comentado de Ilán Semo. Nosotros, por nuestra parte, que desde los primeros días de enero --por una vía teórica-- apuntamos hacia una primera caracterización de la revolución mundial (cuando esto no era todavía "el hilo negro"), optamos mejor por descubrir las consignas que acelerarán la puesta de la situación mexicana en la tendencia mundial. Preferimos esta vía a la lamentación perpetua sobre nuestro carácter de excepción.

¿Podrán resistir mucho tiempo sin chistar los estudiantes mexicanos de secundaria oprimidos más que nunca por un corporativismo fascista ligado, a través del sindicato de maestros, al tráfico de drogas? ¿Aguantarán indefinidamente los migrantes su linchamiento por huestes xenofóbicas pagadas por Peña Nieto?

Nuestro sentido consiste en descubrir las consignas capaces de poner a tono la situación política nacional con el resto del mundo.

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