Una vez que el ejército toma los hilos del mercado y de las operaciones financieras, entonces se vislumbran dos posibles salidas: en una, con obvios decorados romanos, el cuerpo parasitario para la dominación de los esclavos termina por exprimir al cuerpo social hasta tornarlo inutilizable. El otro camino es la destrucción revolucionaria del Estado militarista por la multitud para asentar la seguridad en su propia fuerza. Las medidas que habrá de tomar la revolución pondrán a tono el carácter social de la producción de riqueza con las condiciones de su apropiación por la sociedad misma.
La relación entre el mercado y el ejército profesional que soporta a todo Estado podría indagarse desde sus orígenes a la luz de aquel apunte que Marx dejó en "El método de la economía política": "Por ejemplo, el impuesto en especie y las prestaciones en especie continuaron siendo el fundamento del Imperio romano en su punto de mayor desarrollo. Allí, el sistema monetario propiamente dicho sólo se había desarrollado completamente en el ejército".
En otro momento, referido a la revolución burguesa en Francia, Engels escribe en su texto Del socialismo utópico al socialismo científico que "la burguesía se había desarrollado rápidamente durante la revolución por medio de la especulación de los medios confiscados a la nobleza y a la Iglesia (léase el narco) y después vendidos y por medio del fraude perpetrado contra la nación por los proveedores del ejército".
El ejército como palanca de la nueva burguesía. Aún más: como caldo de cultivo de la nueva burguesía. Aquí y en Cuba.
Y en tanto, los rondines celestes se hacen cada vez más frecuentes, y un helicóptero arrasa cada cuarto de hora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario