Si los yanquis invasores hubieran leído a su paisano Fredric Jameson, sabrían algo sobre La envoltura, una teoría que demuestra la obsolescencia de Karl Clausewitz y la práctica del cerco.
Miren nomás a Kadafi que les sale ahora hasta por las orejas y de Siria a Jerusalem los envuelve.
Una noche profunda, un doitor en libros de guerra esperaba que en Bagdad se reprodujera la gesta heroica del cerco de Stalingrado. Había vendido una tesis sobre el güero Jameson pero al parecer tampoco había entendido nada. Resultó pues que se tuvo que emborrachar por sus fallidas predicciones, y hubo necesidad de irlo a recoger todo cagado al cuchitril en que habitaba.
Así que estudiar al gringo Jameson para comprender ese asunto de que te envuelven de repente en un salto cualitativo, parece necesario.
Se llama dialéctica y se entiende si se observa sin orejeras.
Por ejemplo, suponiendo que un bombazo asesina a 35 niños y mujeres de un solo golpe, ahi, en ese caso, sabemos de dónde y cómo cayó el criminal carambazo, el enemigo lleva su uniforme, aunque solo fueran las rastas --ya corrompidas-- de los mercenarios; en cambio aquí se tiran por montones los cadáveres en las plazas y nadie sabe quién, ni a qué horas , ni cómo, ¡con tanta cámara!
Aquí, el enemigo está a la mano y anda en mangas de camisa, con todo y corbata.
Aunque ya en Veracruz se habla de la nueva modalidad posmoderna de la ley fuga. New porfiriato.
La guerra tiene nuevas leyes.
Mejor, la guerra es la ley.
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