Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

21 oct 2011

amor y precio

La ciudad entera, de Aragón a la Tlalcologia y de Tláhuac a Tlanepantla, es un tendido de redes y de trampas por motivos electorales que lo mejor es no andar pajareando por ahí y procurar sombras y muros para caminar los recorridos que sean estrictamente necesarios. Salir a la calle por un pescado, como el de Un hombre es un hombre de Brecht, puede costar, en el mejor de los escenarios, terminar trasquilado y listo para la foto de "la nueva vida". Sobre todo si en el fondo de una supuesta rebeldía anida oculta la esperanza de ser premiado un día cuanto antes; o la llegada repentina del "amor", tan buena y saludable medicina con la que se venden botiquines por la tele a la hora de la merienda.

De ahí que, en estas jornadas que bien pudieron tornarse semejantes a los círculos de Dante, se hubiese dedicado el tipo al análisis materialista de sus propias pasiones de empedernido solitario. Aquí tenía cuidado de no evocar demasiado el último cuerpo amado y prefería poner énfasis en los intereses que movían a los enamorados y el por qué muchas de las contradicciones cotidianas buscaban el discurso paradisiaco y límbico del amor, para ahí enredarse.

Salió pues del "desafío" con más saber y sin tango.

Con un poco menos de Talón de Aquiles, simplemente hubiese pasado.

Aunque, lo de las redes sobre la city, sólo lo habría podido captar en ese estado...

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