Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

5 nov 2011

Alfonso Cano y las FARC

me descubro no queriéndolo creer

(nos engañaron varias veces con lo de la muerte del Che,

y cuando resultó verdadero no nos lo podíamos creer, tampoco...


Aquellos tiempos en que la revolución cubana intentaba no terminar en la compra venta de casas habitación, o en el mercado de bienes inmuebles, cuando la rondaban otra clase de amistades)

no queriéndolo creer me descubro con un corazón capaz de sofocar a latidos a la más fría de todas las ciencias.

Pero la razón me lleva al Extrañamiento del 22 de octubre, donde leo:

"El desarme de ETA y el fin del nacionalismo armado en Occidente".

Por las buenas o por las malas.

Alfonso Cano puede ser el último intelectual que juntó su causa y su vida con las guerrillas campesinas en América Latina.

Desde la América Latina en las que surgieron las FARC y el liderazgo de Manuel Marulanda, Tirofijo, llovió mucho asfalto, llovió mucha descampesinización.

El mundo del tío Ho Chi Minh ya tampoco existe.

La República colombiana fue diseñada en Washington y construida desde arriba, en la guerra y el estado de sitio permanente, por la vieja oligarquía bananera, hoy cocalera.

Las FARC nunca pudieron penetrar en las grandes ciudades de Colombia y América Latina.

Las ciudades son hoy el espacio vital de la lucha revolucionaria en todo el planeta: desde el mundo árabe insurrecto a las grandes ciudades indignadas y soñadoras de un nuevo mundo.

La lucha es de multitudes, la lucha es en la selva de asfalto, entre edificios y colas de humo y autos y papeles. Sus héroes son anónimos y su sola existencia pone en jaque al sistema.

Las ciudades en transito, lo mismo que el proceso revolucionario:

de esa multitud proletarizada por la globalización capitalista que fue expropiada de sus sueños  pequeñoburgueses (forjados en Nintendo) a la conciencia proletaria de los explotados y oprimidos por un mundo comunista.

Las madres centroamericanas en la ciudad mexicana de Saltillo son prueba combativa de un nuevo internacionalismo.

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