El reformismo, el revisionismo, el socialismo, en fin, todos los modos de significar lo que en el movimiento real se opone al comunismo, pues bien, ¡todo esto ha trabajado por la negación del vínculo entre liberación y destrucción! Desde el aplanamiento socialdemócrata, desde la innovación sobre la continuidad de los valores, el terrorismo staliniano de la reducción burocrática de la liberación a la emancipación, en todos los casos se niega esa relación y, a su fecundidad, se oponen secuencias monstruosas. ¿Es extraño entonces que el concepto de izquierda se vuelva átono e insignificante cuando uno de los elementos fundamentales y constitutivos, el vínculo precisamente entre la liberación y la destrucción, se deja de lado? El concepto de izquierda es un concepto de guerra. ¿Cómo puede pretender olvidar las dimensiones destructivas? ¿Cómo puede negarse la tensión de potencia que rige la voluntad de liberación?
Toni Negri, Carta arqueológica.
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