Practiquemos regularmente el ejercicio de distanciarnos de lo "normal" para analizarlo. Vista de lejos, la normalidad no parecerá tal. Miremos críticamente la sociedad, así nos daremos cuenta de que nuestro mundo - tal y como lo conocemos- es un absurdo y está de cabeza... pero podemos cambiarlo.

20 abr 2012

Contra qué y porqué


Hace 13 años,  cuando instalamos las banderas rojinegras en la UNAM,  comenzó mi lucha… aún no tenía claro contra qué, solo lo intuía… si hoy creo saberlo  es porque continúo indagando sobre nuestra sociedad, siguiendo las pistas que han dejado escritas a lo largo de la historia algunos de los grandes. De utilidad mayúscula me ha sido el marxismo como herramienta para comprender el funcionamiento de la sociedad capitalista en que vivimos y enfocar al enemigo.
En el prólogo que hace Fredy Perlman al Ensayo sobre la teoría marxista del valor  (de  Isaak Illich Rubin) se pueden leer geniales y profundas ideas críticas de los modos de producción mercantiles en la historia humana:
“… el objeto de la teoría del valor es el trabajo tal como se manifiesta en la economía mercantil: aquí el trabajo no adopta la forma de una participación consciente y creadora en el proceso de transformación del medio material; adopta la forma de trabajo abstracto que se congela en mercancías y es vendido en el mercado como valor.”
 “El carácter específico de la economía mercantil consiste en el hecho de que el proceso técnico-material de la producción no es regulado directamente por la sociedad, sino que es dirigido por los productores individuales de mercancías… El trabajo privado  de los productores separados de mercancías se vincula con el trabajo de todos los otros productores de mercancías y se convierte en trabajo social solo si el producto de un productor es igualado como valor con todas las otras mercancías” (Rubin, p.123).
“…  la forma que adopta el trabajo en la sociedad capitalista es la forma del valor: “ la cosificación del  trabajo en el valor es la conclusión más importante de la teoría del fetichismo, que explica la inevitabilidad de la cosificación  de las relaciones de producción entre las personas en una economía mercantil” (Rubin, p.125).”

Marx analiza cómo se regula la actividad laboral humana en la sociedad capitalista ( o como se distribuye el trabajo mediante la igualación de las cosas) así: “ la actividad laboral humana es alienada por una clase, apropiada por otra, se congela en mercancías y es vendida en un mercado bajo la forma de valor”.
 
En nuestra sociedad no hay otra mediación entre las personas  más que la mercantil, y en alguna  medida, ésta es controlada y dirigida por algunos privados (personificaciones del capital), por aquellos que se apropian del trabajo ajeno, del trabajo de toda la sociedad (sometiendo ésta a sus intereses).  El Estado es un aparato de la clase capitalista para el control,  los empresarios  tienen sus representantes en las instituciones políticas.  
Pero el mercado mundial forja tanto el Estado mundial como la revolución mundial: desde hace tiempo y cada vez más, los de nuestra clase, en muchos países  y de diversas formas, lo gritan y se baten en las calles por eso : ¡Hay que quitarles el control y tomarlo nosotros!

Y  nosotros agregamos  la necesidad de suprimir la producción mercantil, la propiedad privada y el trabajo asalariado si se busca la sobrevivencia y emancipación humana, así como la continuidad de la vida en el planeta.

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