El frente “anti-neoliberal”
y antifraude, aparte de ser viejo, resultó ineficiente desde 1988, año de
Salinas: no sirve para nada, futuro no tiene y no puede ser la bandera de algo
que se propone “refundar a la izquierda”.
El frente “anti-neoliberal”
no es más que una patraña del partido no oficial de la izquierda populista y “movimientista”
que se acoge en sus alianzas con grupos priístas del poder, de Miguel de la
Madrid hasta Luis Echeverría. Una izquierda radical pequeño burguesa y parásita
que es en la práctica un partido político y que se alimenta de los presupuestos
destinados ,según los ciclos electorales, a mantener el conflicto dentro de sus
límites.
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