Ciudad Juárez está ya en la mera capirucha-Ciudad de México.
Sí, aquí está ya, sentada junto a nosotros, repleta de sangre
y descuartizamiento.
Igual que el Caballo Blanco de Pancho Villa, bajó desde el
norte y tomó Torreón, Zacatecas, Aguascalientes, capturó el altiplano con toda
y sus muertas.
De nada sirvió el Movimiento #132 para evitarlo, para
contenerlo. Vamos, el tal Movimiento, contando los votos, ni siquiera se dio
cuenta.
Las calles de la city, repletas de policías rabiosamente
armados, son la cobija para que el hampa aterrorice a los pasajeros del Metro y
las “Peseras”.
Y dicen los putitos del bando de Ebrard, literalmente, que
la nueva izquierda socialdemócrata será obra de ingeniería desde la Policía
Nacional.
Mancera para eso era…
En realidad, como fue demostrado ya hasta el cansancio, las
bandas que azotan la ciudad operan desde el interior de los reclusorios, sus
miembros son mercenarios al servicio del Estado. Son estas bandas las que
actúan contra la población con la finalidad de doblegarla para asegurar así que
precios y ganancias sigan subiendo.
Hace tres días asesinaron en un transporte público al
hermano de Silvia. Le metieron un balazo en el corazón porque reconoció a los
ladrones, unas lacras de esas del barrio que entran y salen a Canas. ¡Un abrazo
fraterno a Silvia, la camarada! ¡La muerte de su hermano también será vengada!
No queda otra más que poner toda la voluntad e inteligencia
para sobrevivir en la lucha desigual, pero en el entendido de que esta lucha
implica la conciencia y la organización contra la dictadura capitalista y por
la socialización de los medios de producción.
¡Comunismo y vida!
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