hicimos el taller de la lectura de los mensajes que adornan la city
de mierda vestida de flores:
mensajes fascitas de pistoleros MALOS,
sicarios que se ocultan entre la multitud,
ratoneras para un consumidor contumaz
más niñas tiradas al cuaz por sus padres
que las prestaron a la cámara para 1 casting.
¡y todas las dentaduras no eran chinas!
asuntos relacionados con débitos de estruendo
y juramentos de eternidad para cobrarse oportunamente,
mientras los parque de la Morelos/frontera Lecumberri
--a donde entraban y salían los presos/afuera y adentro--
se ven repletos de fantasmas escurridos de pegamento.
¿Dónde hacen esos carteles?
¿Y acaso no se les paga sus horas extra a "los creativos"
con dosis generosas de "grapa"?
Su mensaje insita a la guerra,
la prepara con un cordero que resignado espera
su tiro en la cabeza.
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