Uno de los pocos grandes ensayistas que tuvo México en el siglo XX --por su espíritu crítico y revolucionario frente al Estado de la Revolución, José Revueltas, de Durango (Santiago Papasquiaro), escribió en su Democracia bárbara que la clave ideológica para la dominación política de la burguesía sobre los sindicatos obreros había que hallarla en el Artículo 123 Constitucional, donde el espíritu carrancista se plasmó como "colaboración nacional entre los factores de la producción" y en contra de los rasgos más avanzados del movimiento obrero magonista.
Contra la tesis revueltiana se instrumentó en la práctica por la burguesía nacionalista un programa de estatizaciones que dirigieron sin mucho éxito desde mediados de los años setenta los Mapaches del MAP (¿Movimiento de Acción Popular?), habiendo tomado en el Movimiento de Liberación Nacional (MLN), 10 años antes, la estafeta de manos de Narciso Bassols y el "cardenismo cultural". No es casual que, pese a los esfuerzos de cierto anarquismo ligth por apropiárselo en esta Era, Revueltas siga siendo un autor marginado en la academia y en los sindicatos. A lo que los populistas de la ex guerrilla convertidos a la gestión de la vivienda urbana responden que ello se debe a que el marxismo es "eurocéntrico" y antipopular.
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